Extractos del libro de de Donald Trump
Una mesera del restaurante estaba tan nerviosa que dejó caer toda la comida que llevaba... Michael tenía una especie de hechizo sobre la gente, sobre todo en los que se dieron cuenta que el también estaba en ese restaurante de New York. Donald le preguntó como iba su vida íntima y se soprendió al escuchar lo que Michael le dijo: tenía nueva novia.
Pero se negaba a hablar más del tema. Trump siguió insistiendo, quería saber quien era ella, Por fin, le dijo que era una chica llamada Lisa Marie. Después de que Michael pronunciara ese nombre, "Lisa Marie", Donald por alguna razón no pronunció palabra. Entonces Michael cambió de tema.
Semanas después Mr. Trump recibió una llamada de Michael preguntándole si podía ir a su residencia Mar-aLago con el. Donald le dijo que por supuesto y volaron en su avión privado. Michael tenía un pequeño grupo de acompañantes, pero estuvo hablando todo el tiempo con Trump durante el vuelo, momento en el cual Michael le preguntó si su novia podía darse una vuelta por Mar-a-Lago para saludar o talvez quedarse con ellos.
Donald le dijo que sí sin dudarlo, (esperaba con ansiedad ese encuentro). Le preguntó: "Es la misma chica, Lisa Marie?" Michael le dijo que sí. En efecto era ella. Llegó más o menos a las ocho.
Según Donald Trump, el timbre al fin sonó, el mayordomo atendió en la entrada. Una
chiquilla hermosa entró por esa puerta.
'No creo que la gente dimensione la clase de rostro tan perfecto que tiene Lisa Marie
Presley.' - dice Mr. Trump- Sus rasgos, son los mejores de Elvis y Priscilla mezclados.
Las personas no se han dado cuenta del increíble resplandor que desprende esa mujer.'
Michael fue corriendo frenético hasta la sala, le dio un gran abrazo, y la llevó a ver el
mar. Cuando regresaron, venían tomados de las manos y no dejaban de abrazarse. Los veía demasiado enamorados. En su mente entonces no quedó ninguna duda de que definitivamente algo grande estaba pasando.
Durante el fin de semana Mr. Trump los vio realmente poco, ya que se habían alojado
arriba, en la torre. Pero dice, cometieron un error.
Una tarde de domingo, intentaron escapar de Mar-a-Lago e ir de compras -disfrazados- a Worth Avenue. Pues bien, los paparazzi se dieron cuenta, y se armó el infierno en la tierra. Tuvieron que regresar a Mar-a-Lago como pudieron, con un batallón de reporteros desesperados detrás de ellos. Y el resto del fin de semana, en palabras de Donald Trump, fue el caos más grande del mundo.
Cientos y cientos de cámaras estuvieron rodeando Mar-a-Lago mientras Michael y Lisa Marie se la pasaron muy tranquilos en su nidito de amor, arriba en la torre, ni se inmutaron con los paparazzi o las cámaras, ni siquiera el mismo (Donald Trump) les preocupaba. Mientras que Donald, tuvo que vivir en carne propia una auténtica locura.